En el proceso de recuperación después de un procedimiento quirúrgico estético, muchos pacientes se sienten cansados y sin energía. Este estado emocional es conocido como la “depresión post-operatoria”.

Esta depresión aparece como consecuencia de la anestesia recibida durante la cirugía, que tiende a alterar el sistema nervioso. Los comentarios negativos, el retraso en la cicatrización o alguna complicación menor, pueden originar en el paciente una “depresión post-operatoria.

Lo que les digo a mis pacientes que atraviesan por esta etapa, es que están en un proceso de recuperación y que es normal que se sienta con el estado de ánimo bajo. Les aconsejo estar rodeados de familiares y amigos, seguir mis recomendaciones médicas como, hacer actividades no demandantes físicamente pero divertidas, salir a paseos al aire libre y dormir rangos de ocho horas diarias. De parte de mi equipo especializado, siempre tendrán una experiencia positiva con los mejores resultados esperados.

En ocasiones algunas pacientes tras una operación de cirugía estética, llegan a sufrir un estado de desánimo, más conocido como depresión postoperatoria. 

Los motivos de esta depresión postoperatoria es la preocupación del resultado final, ya que no es una operación por motivos de salud y el paciente se siente incomprendido o cuestionado constantemente sobre la decisión que cambiara su imagen para siempre; puesto en que en estos casos los resultados se hacen esperar unas semanas, generando sentimientos de duda o culpa.

Lo que se debe hacer en estos casos es tratar de tranquilizar al paciente y explicarle que todos los síntomas irán disminuyendo con el tiempo y buscar actividades de relajación que logren equilibrar el campo emocional.