Este tratamiento mejora el aspecto de la piel porque, al ser aplicadas las plaquetas, el organismo se activa, estimulando la reproducción celular conocida como Mitosis, aumentando la vascularización de la zona tratada y favoreciendo la producción de nuevo tejido. De esta manera, el tratamiento ayuda a devolver la elasticidad y firmeza de la piel. 

Se trata de un tratamiento ambulatorio. El plasma se obtiene luego de someter una muestra de sangre a un proceso de activación del plasma. Cuando está lista la muestra, se procede a aplicarla con multipunciones, en forma de mesoterapia. Cabe aclarar que no conlleva riesgos de alergias ni reacciones de incompatibilidad, al tratarse de un procedimiento autólogo, es decir, que se extrae sangre del propio paciente.

Por otro lado, el número de sesiones depende de cada paciente y se determina en la cita de la valoración. Para una piel poco afectada recomiendo entre 2 y 3 sesiones, en un intervalo de 21 días entre cada sesión.

Es importante que mis pacientes recuerden que después de este y otros tratamientos la utilización de protección solar antes es primordial con el fin de reducir los efectos negativos producidos por la exposición a los rayos UV

Son los cuidados posteriores a una intervención quirúrgica, incluye técnicas manuales y aparatología.

El tratamiento inicia después de dos semanas de la intervención. Las sesiones de los tratamientos no provocan dolor ni molestias. Desde la primera sesión, lo ideal es que el paciente se sienta más relajado y con un menor grado de dolor, el cual irá disminuyendo sesión tras sesión.

La técnicas que uso es el drenaje linfático Manual (DLM), la cual es una técnica de masaje terapéutico que activa el funcionamiento del sistema el sistema linfático para eliminar el líquido intersticial.

Beneficios

1. Disminuye el dolor producido por la cirugía.
2. Reducir el edema localizado en el área de intervención.
3. Favorece el proceso de cicatrización.
4. Evita la formación de fibrosis

Las cicatrices son el temor de cualquier paciente, sin embargo, son una parte esencial del proceso natural y normal de curación del cuerpo, además de ser el resultado de la reparación de la piel de heridas causadas por accidentes, enfermedades o cirugías.

De manera característica, las cicatrices inicialmente son de color rosado fuerte y notorias, sin embargo con el transcurso del tiempo en algunos casos, éstas van disminuyendo su color y acentuándose.
Por este motivo, les explicaré los tres tipos principales de cicatrices:

1.Las cicatrices hipertróficas son aquellas que se presentan sobre una lesión formando un tejido exagerado, generando un tejido fibroso que produce la elevación de la cicatriz.

2.Las queloides también son conocidas como cicatrices de sobrecrecimiento. Es de color rosado o púrpura y a veces hiperpigmentada. Los contornos están bien demarcados, aunque irregulares, ya que sobrepasan los márgenes iniciales de la herida.

3.Por último, las cicatrices atróficas están ligeramente hundidas debido a la falta de colágeno. En estos casos, el tejido cicatrizal no cubre toda la zona dañada, son frecuentes después del acné o la varicela.

Estos problemas deben ser tratados tempranamente para que su tratamiento sea eficaz.